Uno de ellos (y posiblemente el más eficiente) consiste en mezclar bicarbonato de sodio con jugo de limón. Se necesitan algunas cucharadas del polvo blanquecino que se consigue en muchos lugares y a un precio módico. En un plato o recipiente de plástico, se esparce este polvo y se añade el jugo de limón hasta formar una pasta blanquecina y consistente. Luego, con ayuda de un cepillo de dientes, se procede a cepillarse de forma normal usando esta mezcla en lugar de la pasta dental. Esto se debe hacer una vez por la mañana y una vez por la noche. Es un procedimiento complementario, y no por ello debemos dejar de cepillarnos los dientes como siempre.
Otra combinación de remedios caseros que nos permiten blanquear los dientes consiste en el aceite de coco, tiene propiedades que lo hacen ideal para este proceso. De igual manera que con la mezcla anterior, se pasa el aceite de coco por un cepillo de dientes, y se frota por unos minutos al igual que cuando se procede a la higiene de los dientes de forma natural.
Cuidados adicionales
Los remedios caseros para blanquear los dientes solo son efectivos si se continúa con el habitual lavado de dientes, no se consumen alimentos que pueden dañar nuestra dentadura ni en general nuestra salud oral, y se debe tener en cuenta que su efectividad en gran proporción depende de la intensidad con la que se practican estos consejos.
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